Ruta por el Norte de Inglaterra (5) : Whitby, el capitán Cook, Drácula y la costa del Mar del Norte

Cuando Drácula llegó a Inglaterra, lo hizo a bordo de la goleta rusa Deméter, que embarrancó frente a Whitby. Un inmenso perro saltó a tierra y se lanzó escaleras arriba hasta el cementerio, que se ubica junto a los restos de la abadía. Allí, de nuevo humano, Drácula mordió a su primera víctima inglesa….

Son palabras de la novela de Bram Stoker, que veraneaba en esta localidad del Mar del Norte y conocía, por tanto, las múltiples historias de naufragios en estas costas. Los amantes del personaje vampírico tienen, pues, una cita en esta localidad. Pero sus atractivos, como siempre, son mucho más.

En la cima del acantilado que reina sobre Whitby se yerguen las ruinas que dan entidad histórica a la población. La abadía de Whitby aún se enorgullece de sus paredes solitarias, resistiendo el abandono de los siglos. Fue fundada en el año 657 por Santa Hilda y los restos que vemos datan del siglo XIII.

A su lado está la iglesia de Santa María, cuyo origen se remonta al siglo XII pero ha sido muy restaurada, en especial en el interior con una mezcla de estilos. Como todas las iglesias inglesas, a su alrededor se extiende en cementerio local con los restos de marinos y náufragos, muy comunes en estas costas.

Para llegar a la abadía y la iglesia hay que subir unos doscientos escalones desde el puerto. Bajando se descubre el encanto de esta localidad, con sus casitas de pescadores, sus calles adoquinadas y sus tiendas para los turistas que visitan este pueblo durante todo el año

Whitby se sitúa en la desembocadura del rio Esk, protegido de los embates del Mar del Norte por el acantilado en el que se asientan la abadía y la iglesia. A lo largo de ambas orillas nos topamos con paseos y cervecerías donde tomar una excelente pinta de ale mientras nos protegemos del viento que azota la costa (fresquito en verano, frío en primavera y helador en invierno)

El puerto de Whitby tiene más de mil años. En este lugar, se formó el capitán Cook y los cuatro barcos con los que viajó por los mares del Sur se construyeron en los astilleros de este puerto. Su alojamiento es ahora el Captain Cook Memorial Museum.

Cerca de Whitby, en la siguiente cala,  hacia el Sur, nos hallamos con una pequeña población con el típico encanto de los pueblos británicos.  Se llama Robin Hood’s Bay, aunque no se ha encontrado ninguna relación con el justiciero bandido. Dicen que era morada de piratas y contrabandistas y que las bodegas de las casas estaban unidas, formando un largo túnel, el más famoso del estraperlo inglés. Aunque en estos tiempos en que los piratas llevan corbata, trajes de negro y presiden organismos financieros internacionales, en ningún lugar estaremos mejor que en una guarida de bucaneros al estilo clásico…

Y más al sur, nos topamos con una de las mecas del turismo veraniego de Yorkshire y de Inglaterra. Es Scarborough, histórico centro balneario donde tomar baños de agua (como se llamaban en el siglo XIX y comienzos del XX) y donde disfrutar de las buenas playas de la localidad desde hace sesenta años.

Hay restos del castillo del siglo XII, que está ubicado entre dos bahías y hermosos paisajes desde los acantilados. Pero Scarborough tiene dos citas ineludibles en la historia. Ya en el siglo XII se cantaba Scarborough faire, una canción popular que versionaron Simon y Garfunkel. Para que dure tanto una canción o poesia es que hay algo detrás… y lo había porque esta localidad era uno de los centros comerciales de la Inglaterra medieval y su feria de 45 días a partir del 15 de agosto hacía honor a ello.  Y la otra cita histórica es que Scarborough fue una de las cinco primeras localidades desde las que se enviaron postales en el pais, allá por el siglo XIX. 

Lejos de la playa, están los páramos del Norte de Yorkshire, protegidos por un enorme Parque Nacional, el North York Moors National Park, creado en 1952. Los moors son una de las mayores extensiones de parameras de brezo  del Reino Unido. Abarca una superficie de casi mil quinientos kilómetros cuadrados y en su interior viven alrededor de 25.000 personas en pequeñas poblaciones. Esta región generalmente tiene veranos frescos e inviernos relativamente suaves. Las condiciones climatológicas varían de un día para otro y de una estación para otra. Y es que la latitud de la zona comporta vientos del oeste que traen tiempo inseguro y ventoso. Los veranos tienen una agradable temperatura media de 26 grados, mientras que los inviernos están alrededor de los cuatro grados.

Desde Pickering se llega a Whitby en un tren de vapor ,pasando por pequeñas y agradables localidades, en las que parar y   recorrer los más de dos mil kilómetros de senderos señalizados para subir y bajar por las interminables colinas, en las que el brezo es el amo y señor. Los pasos nos llevarán a pequeños pueblos llenos de encanto, lo que desprende la mayoría de la Inglaterra rural que parece haberse quedado anclada en una época idílica e intemporal…

Cómo llegar:

El aeropuerto de la región de Yorkshire es el de Leeds-Bradford, desde donde se vuela a destinos españoles como Barcelona, Reus, Palma, Mahón, Ibiza, Alicante, Murcia, Málaga, Tenerife, Las Palmas, Fuerteventura y Lanzarote. Desde Leeds hay conexión por autobús con Whitby  y la costa del Mar del Norte. También se puede llegar a Whitby con el tren, enlazando en Middlesborough, aunque en este sentido la mejor opción es llegar con el tren de vapor de North Yorkshire Moors Railway, que desde Pickering atraviesa el parque nacional de los páramos del Norte de Yorkshire (funciona desde primavera a otoño).Como siempre, lo mejor para recorrer la zona es alquilar un vehículo.

Moneda:

En Gran Bretaña, aún circula su propia moneda, la libra. En el momento de redactar esta entrada, el cambio se sitúa en 1 € = 0’84 Libras esterlinas.

Itinerarios:

La ruta puede comenzar en Pickering, una pequeña población en el borde mismo del North Yorkshire (o York, como lo abrevian los in gleses) Moors National Park. La localidad cuenta con una iglesia con interesantes pinturas murales medievales, un bien conservado castillo de los siglos XIII y XIV y una estación de ferrocarril, que desde el siglo XIX puso a Pickering en el mapa con su tren de vapor que atravesaba los páramos hasta la costa en Whitby.

El tren nos lleva a un ritmo lento por los paisajes del Parque. La máxima altura ronda los cuatrocientos metros, por lo que son colinas bien accesibles para el senderismo. Las principales rutas para andar se encuentran cerca de la costa, como el Cleveland Way. Varios ríos atraviesan los páramos, formando una sucesión de valles por los que pasa el tren, bajándonos en algunas estaciones si deseamos perdernos por los moors.

Goathland es una pequeña parroquia, con el único aliciente de su estación centenaria, que se usó para algunas escenas de Harry Potter, y  a continuación encontramos Grosmont, ya en el valle del río Esk, que nos encamina directamente hacia la costa y la desembocadura del río en Whitby. El pueblo tuvo un importante priorato en la Edad Media, pero en realidad Grosmont nació a raíz del ferrocarril en el que vamos y las minas de hierro de la zona. La unión de ambos elementos dio origen a la actual localidad y de esa época datan los escasos monumentos de la villa, como la propia estación, la taberna, la oficina de correos o los túneles ferroviarios.

Con el tren se llega finalmente a la estación de Whitby, que aún conserva el encanto de las viejas estaciones de los tiempos del vapor. Saliendo de la estación, hay que pasear por las orillas del río Esk y hacer un alto en alguna de las cervecerías que se suceden a la orilla del río, que se confunde ya aquí con el mar.

Una vez repuesto el cuerpo, hay que subir los doscientos escalones que nos conducen a la iglesia de Santa María y la abadía. En su origen, eran escaleras de madera y en la actualidad disponen de descansaderos cada pocos metros. La iglesia tiene su origen en el siglo XI, pero la mayor parte del templo es del XVIII. 

La mejor visita de la zona es la de la inmensa abadía en ruinas que corona el acantilado y que se observa desde toda la población. Hay que darse un largo paseo por entre sus muros aún en pie y contemplar las dimensiones que debió tener cuando estaba en pie. Hay un interesante centro de interpretación, en el que se informa de la vida monástica en Whitby y se entera uno de cómo era la vida medieval en esta zona.

En la bajada hay que ir parando en las tiendas y comercios a cada cual más interesante. No olvidemos que el turismo sigue siendo el motor económico de la zona. Llegando al puerto, ya podemos ir a las diversas atracciones del pueblo. Por un lado, tenemos el museo local, Heritage Center, que conserva una importante colección de azabaches, mineral que desde tiempo inmemorial se asienta en los acantilados de la zona. Por otro lado, una de las mayores atracciones locales es Drácula, que está en múltiples productos, rótulos y reclamos de Whitby, incluido el espectáculo Dracula Experience, con actores que recrean escenas del famoso conde. Pero hay también objetos de alguna de sus películas como una capa usada por Christopher Lee, el más elegante Drácula del cine.

Más entidad tiene la casa de un armador donde estuvo de aprendiz el capitán Cook, una de las glorias del esplendor naval inglés. Es el Captain Cook Memorial Museum, un edificio del siglo XVII. Dentro hallamos interesantes cartas manuscritas, documentos y objetos sobre la vida y viajes de este insigne marino. En el acantilado de poniente de Whitby, se erige también la estatua del capitán, de comienzos del siglo XX. Y más allá se ubica el Whalebone Arch, que conmemora desde el siglo XVIII la historia ballenera de la ciudad y las hazañas del capitán. El arco original fue sustituido por el actual en 1960.

No hay que abandonar Whitby sin asistir al siempre inigualable espectáculo de la mar embravecida. Estamos en el Oceáno Atlántico, pero en estas latitudes el Mar del Norte atrae corrientes heladas en invierno, olas de enorme altura y lluvias constantes que barren toda la costa. El mar siempre ha sido un imán que atrae a los viajeros y este Mar, en concreto, no deja de tener su aureola de fiereza para admirar.

La bahía de Robin Hood es una pequeña localidad encaramada sobre una playa, otro de los centros de veraneo de la región del Yorkshire. Así, lo que fue un centro de contrabando ha pasado a ser una localidad turística con restaurantes, cervecerías y posadas para descanso de los urbanitas. El paisaje de la zona, con acantilados y pequeñas calas, invita al paseo y las caminatas, algo muy arraigado en la mentalidad inglesa que no deja de conocer, disfrutar y defender su patrimonio natural, histórico y arquitectónico.

En Scarboroug, también unas ruinas dominan la localidad y ofrecen unas vistas inmejorables. Son las ruinas del castillo de Scarborough, del siglo XI. El lugar contiene restos de la edad de hierro, parte de las inmensas murallas con que contaba la fortaleza , una batería del siglo XVIII y un centro de visitantes donde se explica perfectamente la importancia de este monumento, que pertenece al patrimonio nacional inglés. El promontorio sobre el que está el castillo divide Scarborough en las dos bahías que distinguen a la ciudad.

A los pies del castillo se abren las dos playas, cada una con sus atractivos. La de la bahía Norte tiene arena, tiendas, cafés, el Peasholm Park con su lago navegable, sus ríos y cascadas, su temática oriental  y sus conciertos en el Teatro al Aire Libre más grande de Europa . La de la bahía Sur también tiene arena, más tiendas , el puerto pesquero y el histórico Balneario, convertido en un moderno Spa Complex. Lo que fue un Hotel lujoso en el siglo XIX es ahora un gran centro de actividades culturales de todo tipo, desde conferencias a teatro y conciertos musicales.

La actividad en Scarborough es múltiple, porque no sólo hay museos como el Rotunda William Smith de Geología (con restos de los dinosaurios de la zona), el Scarborough Maritim Heritage Centre (con la historia marítima de la localidad) o el Scarborough Sea Life (para admirar la vida marina).

El visitante encuentra también varios teatros como el Stephen Joseph Theatre, un edificio racionalista de 1955  o el Teatro Futurista, llamado así porque en 1928 era el cine más futurista del pais, con una cúpula iluminada perforada que parecía trasladar a los espectadores al firmamento.La relación de Scarborough con el cine no es casual. En esta ciudad nacieron, nada más y nada menos, que Charles Laughton y Ben Kingsley.

La iglesia de Scarborough no tendría más relevancia que cualquier otra de la campiña inglesa. Sólo que en este caso, en su cementerio adyacente, cuenta entre sus tumbas con la de la escritora Anne Brontë, la menos conocida de las tres hermanas literatas, cuya casa Museo está en Haworth, en West Yorkshire (Scarborough está en el North Yorkshire) (ver la entrada anterior de esta Ruta por elNorte de Inglaterra). En Scarborough existe también uno de los hoteles más curiosos del mundo: un bed and breakfast ubicado en un molino de finales del siglo XVIII. 

Por la costa encontramos algunas otras localidades interesantes como Filey, con sus ocho kilómetros de playa, o Cayton Bay, muy frecuentada por surfistas. En toda la zona se suceden impresionantes acantilados, cuevas, gigantes formaciones rocosas  y calas recoletas, resguardadas del fuerte viento de este Mar del Norte, tan bello, tan fuerte, tan grande … y tan sobrecogedor.

Fotos de Daniel Mourenza, Carmen Urbina, Mike Kipling